El cambio de Colombia, el cambio social, debe ser un verdadero cambio cultural. Si no, no habrá cambio que se arraigue en la mente y el corazón de los ciudadanos y ciudadanas.
Estimado presidente:
Un grupo de ciudadanos, ciudadanas, agrupaciones y organizaciones culturales, artistas, gestores culturales, académicos y otros, conocedores de la importancia de la cultura en la construcción de nación, le pedimos que nos escuche, que nos dé una cita para conversar sobre nuestra preocupación con respecto al estado presente y el futuro del Ministerio de Cultura, con el fin de que juntos construyamos el camino necesario para el anhelado cambio.
Fuimos muchos y muchas quienes nos llenamos de ilusión con su llegada al gobierno porque en sus palabras y promesas entendimos que la cultura tendría el lugar que se merece como fundamento de los valores, los principios, las relaciones y los modos de ser y estar en comunidad. Nos ilusionamos con la posibilidad de que la cultura fuera algo más que un asunto exclusivo del Ministerio de Cultura y se convirtiera en una esencia de todo el gobierno nacional, condición para el logro de la paz. Esto, además, está consignado en el excelente programa de Cultura que elaboró su equipo de campaña, con la participación de más de 3 mil personas en todo el país, y en la voluntad colectiva expresada en las mesas de cultura de los diálogos vinculantes que usted promovió, en las decenas de foros y juntanzas que se llevaron a cabo en el Estallido Cultural por la Paz y por la Vida con la participación de miles de artistas y de comunidades enteras de las regiones. Y, en los cambios estructurales que se comenzaban a hacer en el ministerio. Hoy parece que nada de esto es la hoja de ruta ni del Ministerio ni del gobierno del cambio
Usted dijo, presidente Petro, en el teatro Jorge Eliécer Gaitán, el día que recibió el Informe Final de la Comisión de la Verdad que: “El conflicto dialogado es lo que permite que la humanidad crezca, que se haga cada vez más humanidad. Ser cada vez más humano, cada vez más humana, es ser cada vez más dialogante. Es el diálogo lo específicamente humano. El diálogo al final es sinónimo de política, es sinónimo de cultura. Lo específicamente humano no es el control del territorio con las armas (…) lo específicamente humano tiene que ver con la civilización y la cultura…”, y nosotros hoy le decimos, presidente Petro: ese diálogo se funda y anima en la cultura.
Por lo tanto, esta comunidad de creadores, formadores y promotores de una cultura para la vida votamos masivamente por sus propuestas. Este es un sector con una gran conciencia sobre la necesidad e importancia de un giro histórico y del afianzamiento de los valores que promueven la vida. Nuestras culturas, presidente, son una de las dos grandes riquezas en Colombia (la otra es nuestra enorme diversidad ambiental), y nuestras culturas son el gran capital político de esta nación, no tenemos la menor duda sobre ello.
También sabemos que la tarea del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes no se reduce a la promoción y formación de artistas, sino a la generación de nuevas sociedades, de nuevas ciudadanías, de ciudadanos y ciudadanas para la convivencia: es necesario un Ministerio que conozca, reconozca, valore y potencie las múltiples formas de expresión cultural y de construcción de convivencia que se hacen desde las orillas de los mares y ríos, desde las montañas y planicies de nuestra dinámica y dramática Colombia.
Estamos aún a tiempo de dar el giro que logre que el Ministerio se convierta en el soporte de este cambio cultural que requiere la nación para hacer posible el reconocimiento y valoración de la vida en la riqueza de la diferencia. Colombia potencia mundial de la vida no será posible sin una pregunta y un trabajo hondo por la cultura.
La interinidad en el cargo de ministro de Cultura (y la interinidad en los principales cargos directivos del Ministerio), las contradicciones e indefiniciones que hoy habitan el Ministerio, la falta de un proyecto que convoque, el olvido de su propio programa cultural en campaña, no da cuenta de la voluntad de gobierno con la que soñamos muchos y muchas en el país.
Estamos en una época de cambio y el mundo entero espera de América Latina, y en particular de Colombia, propuestas iluminadoras frente la las crisis. La Cultura es una de las respuestas, presidente.
Esperamos su respuesta positiva a nuestra propuesta de reunirnos muy pronto.
Siguen firmas.
Para apoyar y firmar la carta, pulse aquí
Hasta las 4 de la tarde del viernes 7 de abril hemos firmado la carta 472 personas.
Esas firmas (recogidas desde el 5 de abril hasta ahora) y todas las que se recojan en los próximos 2 días (sábado 8 y domingo 9 de abril) usando el enlace en esta plataforma de google drive (pulse aquí) serán consolidadas el domingo 9 de abril para entregar el lunes 10 al presidente Gustavo Petro y a medios de comunicación. Al presidente se le hará llegar la carta de manera presencial, impresa, y también por sus redes sociales.
*Pueden enviar su respuesta a luciagonzalezduque11@gmail.com y melguizojorge@gmail.com
Estoy de acuerdo con firmar esta petición. Coincido en que la voluntad del Ministerio de Cultura, está menoscabada por la burocracia establecida desde los gobiernos anteriores, más que funcionarios los que la integran, son lo que podríamos denominar "el palo en la rueda".
Por lo tanto, considero que si realmente lo cultural, como un hecho total de integración social, hacia un cambio o hacia la paz total, como se quiere; no se consolida con un acertado y participativo plan de gobierno, políticas públicas acordes y burocracia eficaz (si se permite tal presunción), pues ya está visto, los artistas, los creadores, las instituciones, escuelas, fundaciones, casas de cultura, agentes, gestores,... seguiremos condenados a no tener una vida digna y no poder ejercer nuestro trabajo.